Ciudadanos tipo B

Ciudadanos tipo B

Ayer se liberó un video registrado el año pasado donde un policía de Estado Unidos mata a sangre fría a un ciudadano negro. La escena es la siguiente: el policía detiene el auto en el que viajaba Philando Castile con su familia y le pide los documentos. Philando acata la orden, pero previendo las posibilidades de que el agente se asuste le avisa que lleva consigo un arma. Inevitablemente el oficial se asusta y le grita que no saque el arma. Philando le aclara que no tiene intenciones hacerlo. El policía sigue gritando.
Dispara.
Siete veces.
Los gritos continúan mientras baja del auto una niña de no más de cuatro años.
Un año después el jurado absuelve al policía. Lo declara inocente.
¿Por qué hablar de algo que pasa en EEUU?
¿Por qué no?
El video es desgarrador. Pensar que pasa mucho más seguido de lo que nos enteramos más aún. Pensar que el racismo sigue vigente en pleno siglo XXI, pero que es negado por los sectores más privilegiados, es insostenible.
La institución de la justicia avaló que está bien tenerle miedo a alguien exclusivamente por ser negro. Y que está bien disparar ante el miedo. Y disparar, y disparar, y disparar, y disparar, y disparar y disparar. Siete veces. Porque así resolvemos las cosas ¿no? Con violencia. Y así queremos que se resuelvan. Así le exigimos al Estado que lo haga y así pedimos que nos dejen hacerlo. No importa que ya sepamos que destruye en vez de construir. Solo nos interesa ver la sangre correr. La guerra ficticia de un otro contra nosotros.
Y no creamos que esto es un problema exclusivo de Estados Unidos. Allá, como en muchas otras cosas, es simplemente la exageración casi cinematográfica de todo: más dinero, más comida, más armas, más violencia, más muertes, más individualismo, más y más. El capitalismo en su estado más puro.
Acá también pasa. La policía se ensaña más o menos siempre con los mismos. Lo conocido como porte de cara. Si tenés cara de sospechoso o de gente bien. Si sos pobre, negro, feo, plancha, la policía te va a hostigar. Si no, podes transitar mucho más tranquilo. Si sos del primer grupo vas a cárcel común, sino a cárcel central. SERPAJ e IELSUR, junto a otras instituciones, publicaron una investigación que afirma “La violencia y el trato inapropiado también se intensifican a medida que empeoran los indicadores socioeconómicos de las zonas de las intervenciones. Hay más violencia hacia los adolescentes y jóvenes que residen en los barrios más vulnerables, y hay más violencia hacia los que circulan por lugares diferentes a los que residen”. La desigualdad lo atraviesa todo, siempre.
Pero igual, así como nos pasa con la violencia, seguimos pensando que lo estructural y lo sistémico no existe. Que todo se reduce a decisiones personales y culpas propias.
Seguimos pensando que a las mujeres las matan los crímenes pasionales que nada tienen que ver con el género, que a los negros los mata la policía solamente por ser peligrosos, que los pobres son pobres porque no trabajan, que los trans se prostituyen simplemente porque les gusta.
Todos podemos tener miedo o sentir que corremos peligro. Pero si sos hombre, blanco, heterosexual y de clase media es muy probable que no sean las instituciones las que lo generen. Los riesgos que sufras nada tienen que ver con tu identidad.
Es hora de que dejemos de negar la discriminación, porque eso hace imposible eliminarla.
Es hora de que dejemos de tramitar todos los problemas con violencia, porque eso solo los agrava
Juntémonos, organicémonos. Démosle pelea a estas lógicas individualistas y destructivas. Es nuestro deber ciudadano.
El tema está servido, necesitamos seguir avanzando.

Si te interesa leer la investigación citada:
https://www.colibri.udelar.edu.uy/bitstream/123456789/7628/1/Cuaderno%20CSPS%206.pdf

Si querés ver el video de lo sucedido:
https://www.youtube.com/watch?v=Vd7zW4aRlYE